lunes, 12 de enero de 2009

El hombre como medida de todas las cosas

Ya lo dijo Protágoras y la vida cotidiana no hace más que confirmarlo.
Como ejemplo, basta ver esa mierda de bengala de cumpleaños que ahora se puso de moda y sus exactos 15 segundos de duración para entenderlo:

- Los primeros 4 segundos se van en gritos desesperados que hacen referencia a la posibilidad de que al homenajeado se le queme la cara, el pelo o la casa

- Los próximos 8 segundos son acompañados de un "que los cumplas feliz" con un tempo un poco más rápido de lo habitual, con miedo a que se apague la luz que provee ese artefacto explosivo y nos quedemos todos cantando (en mi caso solo aplaudiendo) a oscuras.

- Como el canto fue rapidito, sobran 3 segundos. Lo que no sobra es la vieja que grite "entre los deseos seguro que pide un novio!"
Lo que no se da cuenta la Sra., es que ese improperio automáticamente traslada el deseo del novio a "que se muera la tía que grita la misma pelotudez en todos los cumples".


Y ahí sí, se apaga la vela solita y todos aplaudimos como si la hubieran apagado de un solo solpido. ¡Muy bien!


... que boludos...

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martes, 6 de enero de 2009

Cosa de machos

No lo puedo evitar: cuando escucho a 2 tipos hablando de fútbol y se va calentando la cuestión hasta putearse con frases del estilo "pero si Uds. son todos putos y no nos ganan nunca" o "callate que siempre se cuelgan del travesaño" y otras idioteces, me dan ganas de ser mina y poder limarme las uñas.


Es más fuerte que yo, pero como no me siento identificado con unos, necesito sentirme parte de Uds., chicas.

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Mala leche




Frente al hecho irrefutable de la existencia de la fecha de vencimiento, hay 2 tipos de personas:

a) Las que se creen inmortales y nos les importa comer un yogur bebible que venció hace 4 años, aunque adentro ya se noten grumos y movimientos extraños;

b) Las que como yo, desconfían y por las dudas le escapan incluso a un paquete de arroz que tenga fecha dentro de un par de días. No sea cosa que alguno calculó mal, no?


Desde mi punto de vista, el día de su fecha de vencimiento un producto pasa a ser automáticamente una dósis de veneno letal en botellita de plástico.
Que últimamente la hayan cambiando el nombre a "Consumir preferentemente antes de", tampoco cambia las cosas, eh.
Lo lamento, prefiero morirme de hambre que morirme envenenado.

Sí, prefiero no morirme, pero no siempre es una opción...

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