miércoles, 28 de noviembre de 2007

Malditos porteros

El saber popular dice que las veredas deben ser lavadas y/o manguereadas antes de las 7 de la mañana.
Esto lo repetimos todos cuando un portero hijo de puta nos empapa de un salpicón (no de ave) o nos "hace el favor" de correr el chorrito justo un centímetro antes de que nosotros pasemos.

Debo reconocer que iba a empezar esta reflexión con un muy fuerte alegato a toda esta manga de chorros (valga la redundancia) que se agrupan bajo el sindicato de porteros o encargados.
Sin embargo, quise evitar convertir este humilde espacio en un patético pasquín amarillista y empecé una averiguación profunda y concienzuda, digna del gordo Lanata.

Hete aquí, que en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según la ORDENANZA N° 33581/ MCBA/ 77 , con fecha 08/06/1977, Art. 7° - El lavado y barrido de las veredas sólo podrá hacerse entre las 22 y 9 horas. Dichas tareas se efectuarán sin entorpecer ni molestar el tránsito de peatones ni causarruidos molestos




Epa... Entonces? Los porteros son todos putos por estar a las 8.45 lavando las veredas, sabiendo que todo el mundo pasa a las apuradas camino a colegio, trabajo o demás menesteres? Atenti que hay una ley que los ampara, eh.


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Son todos unos reverendos soretes, no solo por esto porque hay muy poca gente que no odie a su propio portero (y si Ud. no lo odia no es porque su portero sea bueno o sea la excepción que confirma la regla... simplemente Ud. no se habrá fijado bien) pero con baldear la vereda cuando le rompe las pelotas a todo el mundo, el portero logra su verdadero objetivo en la vida que es ser odiado por la mayor cantidad de personas posibles. No le alcanzan las 50 y pico de familias de su propio edificio, necesita que todo aquel que se sienta en la obligación de transitar por SU vereda, sepa quien es el amo y señor de la misma.


Yo me pregunto: Por qué mejor no la mean un poquito, como hacen los perros?

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lunes, 26 de noviembre de 2007

Transporte y medio: TAXIS y TAXISTAS

La impunidad lleva a la gente a cometer cualquier tipo de delitos: asesinatos, secuetros, actos de corrupción y exhibiciones eróticas en la vía pública.
Los taxistas no tienen ninguna de esas costumbres, pero no por eso dejan de comportarse como seres impunes y sin castigo alguno.

Todos sabemos que suelen violar alguna que otra ley de tránsito, que no siempre cumplen con las exigencias que regulan su labor y que alguno que otro tiene conectado el piripipí para que vaya más rápido el reloj. Vaya y pase.
Lo verdaderamente molesto del taxiste impune es que crea que porque el que maneja el taxi es de él, tiene derecho a las siguientes atribuciones:
- Escuchar la radio que EL quiera (si es AM: Radio10 o la Red; si es FM: cumbia o tango)...
- Insultar a los gritos a cualquier otro conductor sin importar si estamos hablando por celular con un familiar agonizante...
- Forzarnos a hablar del tema que EL quiera: política ("acá son todos una manga de chorros, no te parece?"), filosofía ("el mundo está así por culpa de la falta de solidaridad... yo lo veo mucho acá arriba del taxi. Vos de qué laburás, pibe?") o fútbol.
- Meterse en las conversaciones de los pasajeros. No importa que no conozca a nuestro jefe al que estamos puteando, no sepa de qué religió seamos cuando comentamos un casamiento ni tenga la menor idea de la Teoría General de Sistemas: nada de eso es suficiente para que nuestro amigo taximetrero deje de opinar en cualquier charla que estemos manteniendo en SU vehículo.
- Agarrar el camino que quiera.
- Redondear para donde se le cante el culo lo que marca el reloj, sin el menor sentido de la matemática ni la economía mediante.

Son un mal necesario los taxistas?
Si uno no quiere hablar con nadie, le puede decir eso al tachero o mejor dormirse o hacerse el sordo?

Será así en todas partes del mundo?

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domingo, 18 de noviembre de 2007

Manual del hincha primerizo (parte I)

Ayer hice mi debut grande en las canchas de fútbol. No fue dentro del campo de juego sino que fui uno más de los tantos hinchas argentinos que fueron a ver el Argentina-Bolivia por la tercera fecha de las eliminatorias para Sudáfrica 2010 (3 años antes???)
Si hubiese estado mirando el partido por la tele, hubiera metido zapping en más de una oportunidad. En su lugar, le presté atención a otras cosas en las que tal vez el resto de la gente no reparó. Las mismas aparecen a continuación transformados en un maual de uso práctico, para quien quiera seguir mis pasos:


Camuflaje: esto no es el cine, Sres. Acá no se puede estar en jean y zapatitos, sweater al cuello y/o perfume francés. En mi caso particular le metí zapatillas gastadas, pantalón de poca elegancia y una remera deportiva. Creo que no desentonaba. De cualquier manera, el camuflaje no implica solo la manera de vestir. Hay que "adaptarse" a ciertos modismos propios de la masividad, para lograr al menos 2 objetivos: 1) no quedar como un pelotudo; 2) que no te roben, te escupan o te puteen al darse cuenta que sos un pelotudo.
Entre esta técnica se incluye los modales (los mismos tienen que desaparecer), la jerga propia de la situación ("la Centenario entra por acá, papi?", haciendo referencia al sector de la cancha donde teníamos entradas), el comercio (si el de la coca dice que le des los 50 pesos que el va y viene, hay que creerle y no exigirle factura Consumidor Final).

Solidaridad: en la cancha todos somos un poco más solidarios con el de al lado. No con el de enfrente, pero sí con el de al lado. Esto se nota en que si el de al lado empieza una canción, hay que acompañarlo aunque no tengamos ganas, que si el que vende los helados no llega a alcanzarle el palito de limón a algún vendedor, tenemos que oficiar de intermediarios entre el que vende y el que compra, para que a cada uno le llegue su parte, sin quedarnos con nada en el camino. Si todo el mundo pide que nos tiren agua, no se puede decir "yo preferiría que no". Hay que saltar pidiendo agua y putear a los bomberos si hace falta.


Destrezas artísticas: cada canción, salto o aliento se conforma por el canto, el aplauso, el salto y/o la manito en el aire (movimiento tipo latigazo hacia adelante).
Es importante que Ud. defina de antemano cuáles de estas habilidades prefiere desarrollar durante el encuentro. Vale destacar que es IMPOSIBLE hacer todo junto.
Yo opté por el aplauso y después me volqué al latigazo + canto. Creo que me fue bien.
NOTA: si Ud. es habitué, el latigazo va con el puño cerrado; si no, va con la mano abierta.

Amor y odio: ni bien empiece el encuentro (incluso antes, cuando den las formaciones por alto parlante), Ud. tiene que identificar a 2 jugadores: uno para amar y otro para odiar. Al jugador amado, le tiene que festejar y aplaudir todo, incluso un patadón sin pelota al 4 contrario. Al odiado no se le deja pasar ni una: incluso un golazo de tiro libre o eludiando a 8 tiene que estar acompañado de un abucheo o de frases como "muerto!!!"

CONTINUARA

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Manual del hincha primerizo (parte II)

Continuando con el manual para el hincha primerizo, es importante que tengan en cuenta los siguientes puntos antes de acercarse a disfrutar de un evento deportivo en vivo:

Convertibilidad: en la cancha todo cuesta lo mismo. La coca, el helado de palito, el bombón helado, la garrapiñada, todo cuesta 4 pe. Importante ir con cambio para evitar sufrir ante vendedores sin monedas.

Tolerancia: la pasión nos hace decir pavadas. No nos fijemos en gente que grita estupideces a los jugadores, ni que tira frases que no resistan el menor análisis. Ante un "que patee Crespo !!!", cuando Crespo ni siquiera está en la cancha, más vale hacer la vista gorda.

Arco cromáticas: no sé si Ud. lo sabía, pero parece que el árbitro no se viste más de negro. Me imagino que seguramente por la tele se debe ver esto, pero a lo mejor no le presté la suficiente atención.

Música folclórica: Prepárense para escuchar las mismas 3 ó 4 canciones repetirse una y otra vez. Por un lado mejor, porque no hay tanto para aprenderse. Aburren un poco sí, pero esto no es un casamiento. La que más sale es "Vamos, vamos Argentina", seguida de "Volveremos, volveremos" y el "Olé, olé, olé/Olé, olé, olé, olá".

Una oportunidad única e irrepetible: no me refiero a disfrutar de un evento de deporte de alto nivel, en compañía de otros 60.000 fanáticos ni mucho menos. Me refieron al hecho de que no hay repetición. Si no viste el gol, no estás seguro de si fue penal o no... lo lamento. Hay que esperar a llegar a casa, para estar bien seguro de qué pasó. Claro, pque para entonces será un poco tarde para discutir con el gordo de al lado o con el cocacolero, no?


Espero que esto sirva de guía util para quienes quieran adentrarse en el mundo de las barras bravas, los domingos de fútbol violento y tirarle sillas al contrario ante una goleada en contra.

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domingo, 11 de noviembre de 2007

Lista de cumpleaños

La lista de casamiento ya es una fija: no hay boda en la que los novios no elijan uno o dos lugares para que los invitados vayan, digan el apellido de los que se casan y elijan de una larga lista los regalos.
Hace un tiempo también se puso de moda la lista de "nacimiento", para que cuando un nene nuevo llega al mundo, los padres "direccionen" al que quiere comprar algo para lo que ellos más necesitan.

Pero y para los cumpleaños? Existe acaso la "lista de cumpleaños".
Si existe, voto para que deje de existir.
Una de las cosas que realmente me rompe las pelotas al momento del regalo de cumpleaños (léase también día de la madre, del padre, del niño, etc.) es que el cumpleañero o alguien cercano a éste nos diga muy sutilmente "me gustaría un par de zapatillas". Qué onda? Qué gracia tiene entonces el regalo? Para qué me rompo la cabeza a ver qué necesitás, qué te puede venir bien, qué puedo comprar, si vos me decís lo que querés. Resulta que entonces la gente se acostumbra al tema y a mí, que no me gusta decir qué quiero me rompen las pelotas 15 días antes de mi cumpleaños porque si no me terminan regalando plata.
Este es el segundo tema: no me gusta regalar plata. Para eso, te pongo de asistente, laburás para mí unos 15 días y ahí te doy la plata que quieras. Pero regalar la plata, no. No soy un banco, viejo. Aparte, me pierdo la oportunidad de hacerte un regalo de 100 pesos pagando solo 80 (o para qué tengo la tarjeta del Río, la del Francés, la del City ????)

Otra cosa con la que no comulgo, es la de regalar cuando quieras. El cumpleaños es un día del año, día importante para unos, dia más intrascendete para otros pero si me vas a regalar algo, que sea ese día, viejo. Nada de "te lo doy en la semana", "se lo compro otro día, no hay drama" o "che, esto es el regalo del año pasado, que me colgué".

Para mí, elegir el regalo de una persona y preocuparse para dárselo el mismo día de su cumpleaños, es amor. Cualquier excepción a esto, es de choto.

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Dulce y calentito



Depravados sexuales, abstenerse. Este humilde blog, por ahora, no se especializa en temas sexuales. Para eso está la gorda Rampolla que tan bien conoce la teoría sobre la cuestión.

Hay muchas cuestiones que dividen al mundo en mitades iguales. Hoy, nos convoca acaso el tema más difícil de todos: la comida.

Dulce y calentito podría ser el nombre de un servicio de Catering, cuyo fuerte sean las cositas dulces y en lo salado los calentitos. Éste, sería el primer servicio que yo no contrataría ni en pedo.Si en la guía hubiera un "Frío y saladito", marco directo y me tiro de cabeza.

Cuando a la tarde nos pica el bagre: Ud. prefiere un alfajor o un paquete de papas fritas? un paquete de galletitas Oreo o un pebete de JyQ?.


A mí me gusta más lo salado. Hoy por hoy, no me compro algo todas las tardes para matar el antojo, pero en mi época de gordo sin remedio, no había tarde en la que no salga un pancho con papitas, un paquete de palitos o un BigMac a $1,50 en el uno a uno.

No significa que después de cenar en vez de una fruta o un postre de chocolate, me mando una milanesa, pero sí es cierto que no muero por el chocolate en casi ninguna de sus formas, pero una picada completa realmente me puede.Lo mismo pasa con la comida caliente vs. la fría. Cuando digo que me gusta más la comida fría, no es solamente que prefieron una ensalada a un puré o un sandwiche a una tarta: también es que me gusta más comer la pizza fría al otro día que la calentita de la noche, que las empanadas de carne me caben más cuando ya se enfriaron y uno se puede mandar más de una al buche como si nada y sin riesgo de quemarse.

También como comida caliente. Me gusta mucho el arroz, la carne me vuelve loco y hago unos ravioles con tuco que son para chuparse hasta los codos.... sin embargo, sépanlo: si dejan unas papitas al horno en la heladera con el objetivo de calentarlas al mediodía siguiente, por mí no se calienten.

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martes, 6 de noviembre de 2007

Corte automático

Hay muchas cosas que tienen "corte automático", la mayoría en el ámbito sanitario.
Entre ellas podemos enumerar:

  • Canilla de baño público.
  • Toallas de papel.
  • Papel higiénico.
  • Duchas en hoteles españoles (por ecología...)
  • Secador de manos.



Yo no sé a quién le dieron a calcular cuánto tiempo debería durar una canilla abierta, pero no conozco a nadie al que no se le cierre la canilla y las manos sigan todavía húmedas. En cualquier baño público, uno relojea al vecino de canilla y va a verlo pegarle a esa mierda de canilla más de una vez hasta que se le vaya todo el jabón de las manos. En el caso de que la canilla sea demasiado rápida, una mano va al botón, la otra aprovecha el chorrito de agua.

Los papeles (higiénicos y toallas de mano) son siempre más chicos de lo que uno necesita. Pero ojo, no necesitamos exactamente el doble de lo que sale, la proporción vendría a ser 1 y medio, entonces con 1 pedazo de papel higiénico con corte automático, nos quedamos cortos (nos manchamos el pulgar y tal vez algún otro dedo); con 2 nos sentimos medio incómodos como quien se limpia con un diario La Nación.

Lo peor de todo, tal vez sean los secadores. Estos bichos no siempre andan de la misma manera: los hay de botón, de sensor, de aplauso y qué sé yo cuántas maneras más de encenderse, pero todos tienen una constante: calientan poco y se apagan un poco antes de lo que uno necesitaría. Uno diría "pero prendelo de nuevo y dejate de joder...". La obvia respuesta desde este blog a aquellos que opinan así, tienen 2 explicaciones: a) los de atrás lo quieren usar y si le vuelvo a dar al botón alguno va a tocar bocina; b) no me puedo pasar 3 horas adentro de un baño hasta que me queden las manitas secas como culo de vieja... tengo cosas que hace.

Por último, un aviso a la sociedad toda: los que viajen a España (al menos a Madrid y/o a Barcelona), vayan preparados para vivir unas de las experiencias más ridículas que el ser humano puede vivir en una ducha. Después de unos minutos la ducha corta sola. Sí, como escucharon, la ducha corta sola. Entonces, a mitad de jabón, shampoo, crema enjuague o jabón pasando por partes poco públicas, hay que sacar una mano de donde esté y darle a un botón. La temperatura del agua es imposible de regular y no se sorprendan si todos los que salen de bañarse, putean envueltos en una toalla.

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Escenas de la vida conyugue-laboral

Quienes trabajan en una oficina, pasan más tiempo del que pasan despiertos en la oficina y rodeados por sus compañeros de trabajo, que fuera de éste y rodeados por sus familiares. (Si a esto además le sumamos el tiempo que lleva llegar e irse del trabajo, las horas extras y los llamados post-oficina, alguno se va a pegar un tiro, así que mejor ni lo nombro).
Lo cierto, es que la vida de oficina es distinta a la vida no-oficina. A veces, hasta son completamente opuestas... cuál es la verdadera vida y cuál es la que está patas pa´arriba?

Un ejemplo de esto, son los cumpleaños.
En la vida "normal", la de afuera de la oficina, cuando uno cumple años está acostumbrado a invitar a sus seres queridos a comer y seguramente reciba algún que otro regalito.
Resulta que en la vida de oficina, las cosas funcionan completamente al revés: uno tiene que llevar regalos a la oficina (facturas, brownies, chocolates, etc.) y todos lo invitan a uno a almorzar.

Otra cosa en la que la vida dentro y fuera de la oficina se diferencian, es en el consumismo.
Cuando uno vive fuera de la oficina, cuando necesita algo se acerca a un supermercado, una perfumería, un almacen o algún negocio de otro ramo.
En la oficina, un representante de alguno de estos rubros se acerca a nosotros y nosotros compramos independientemente de lo útil o no que esto nos resulte. Es así, como la gente compra DVD vírgenes sin saber para qué son, cremas para la cara en base a pepinos y pepinos y aceitunas verdes en salmuera por kilo, sin tener la menor idea de si esto verdaderamente es un ahorro o no con respecto al precio del mercado "off oficina".

Además, hay una cuestión exraña al respecto de los hábitos alimenticios. Muchos en sus casas, se acostumbraron a mirar la televisión, escuchar la radio o poner un poco de música mientras comen en familia.
Acá, en las oficinas, se hace de todo (después de todo hay que laburar, no?) y de mientras se come de todo. Qué es de todo? DE TODO: galletitas con queso blanco y mermelada, helado, tostadas, grisines, galletitas dulces y saladas a cualquier horario, sandwiches de milanesa completos, papas fritas de paquete y de las otras, combos de McDonald´s, parrillada completa para 4, ravioles con tuco, caramelos de todos los gustos y texturas y alguna que otra manzana verde.

Si Ud. es parte de esta gran familia que componen los ámbitos de oficina, lo invito a expresar sus propias vivencias... para que uno se vaya haciendo un poco una idea de lo que puede llegar a encontrar, vió?

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